13/12/11

El descontento lleva al plante de muchos aspirantes a maestro en Navarra

"Desilusión", "malestar", "resignación"… Minutos antes de comenzar el examen, el Aulario de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) era un hervidero de gente y sensaciones encontradas. Divididos en dos grupos, 10.279 personas estaban llamadas este domingo a presentarse a las oposiciones para una de las 65 plazas de Nivel E convocadas por el Gobierno de Navarra. Y muchos lo hicieron con evidente "indignación". Unos a las 10.00 de la mañana y el resto, a las 13.00 horas. Finalmente, sólo el 47,8 por ciento de los convocados, 4.918, decidió presentarse.


Los motivos del descontento fueron diversos y, según explicaron algunos de los opositores, afectaron a su preparación. El principal, la reducción del número de plazas ofertadas, ya que sólo se dispusieron 65 de las 167 previstas inicialmente -55 para Servicios Generales, 3 para empleados de Servicios Múltiples y 7 para vigilantes de museos-. Pero también hubo otras razones que propiciaron las críticas de los aspirantes: el "retraso" en la convocatoria del examen, la inclusión en el temario del apartado referente a cocina, "cuando se habían suprimido casi todas las plazas" de esta especialidad; la "escasa" duración de las pruebas -20 y 40 minutos para dos tests de 50 y 75 preguntas respectivamente-; o la "ampliación del plazo de inscripción", una vez que "ya se había cerrado". Tras conocerse las bases finales de la oposición, 2.043 personas solicitaron la devolución de las tasas abonadas. Miembros del Tribunal apuntaron a este medio que las respuestas de los cuestionarios se harán públicas este lunes en el tablón de anuncios y la web del Gobierno de Navarra, mientras que los resultados provisionales se darán a conocer por el mismo método a última hora del martes o a lo largo del miércoles.


Elena Inda, de 36 años, aseguró que se siente "fatal" y "resignada". "Es un engaño a todos los que nos presentamos. La reducción de las plazas ha sido drástica. Nos han hecho creer que había plazas, pero parece que han ido a recaudar dinero, a coger los 15 euros de cada uno de los aspirantes… Al final te presentas porque te has preparado, pero con pocas perspectivas de sacar una plaza con tantas personas examinándose", analizó de entrar en el aulario.


Junto a ella, Ana María Fernández, de 43 años, también se mostró especialmente enojada con la gestión del Ejecutivo navarro: "Lo que más me ha molestado ha sido la organización, que hayan quitado de repente tantas plazas pero no el temario específico de las plazas suprimidas, especialmente en el apartado de cocina. No han retirado toda la oposición por vergüenza torera y por no tener que devolver todas las tasas. Han mantenido estas plazas de cara a la galería, pero para el turno libre sólo hay 26, porque las demás son de turno de promoción y discapacidad".


A juicio de Fernández, son muchos los aspectos en los que se ha actuado "mal". "El tiempo para responder a los cuestionarios es escasísimo, ya que no tenemos ni siquiera un minuto por pregunta. No pedí la devolución de las tasas porque estoy en paro y tengo que intentarlo. Antes trabajaba en Gamesa de Alsasua, pero me quedé sin empleo tras el cierre de la compañía. Acababa de adoptar a dos niños de Etiopía, renuncié a la recolocación porque en ese momento no podía estar todo el día fuera de casa y finalmente, decidí presentarme", resaltó.


"DESCONTROL" Y "CACHONDEO"


Para Javier Hernández, de 23 años, los meses previos al examen se caracterizaron por el "descontrol". "Primero dieron una fecha, luego se atrasó… Han actuado viéndolas venir. Todo eso te influye de manera inevitable. Yo, por ejemplo, me preparé en verano porque estoy estudiando y ahora no he podido prepararme tanto. Y no he pedido la devolución de las tasas porque como había estudiado en su momento, tenía que intentarlo. Pero estoy molesto porque no han respetado las fechas iniciales previstas", argumentó.


Tal vez todos estos factores hayan propiciado que personas como Betania Ibáñez, de 30 años, llegaran al día de la prueba "con pocas ganas". En su caso, se había formado a conciencia en una academia, pero apenas alberga esperanzas de obtener el ansiado trabajo en la Administración. "Estoy completamente desilusionada. Si antes ya era muy difícil, ahora tengo muy pocas posibilidades. Visto lo visto, con aprobar y entrar en las listas de contratación temporal me conformo. No espero plaza tal y como está el tema", subrayó.


Miriam Eraso, también de 30 años, fue contundente a la hora de definir estas oposiciones. "Entre una cosa y otra, ha sido un cachondeo. Han ido cambiando todo. Estoy descontenta porque han hecho todo muy mal. Tú cuando te presentas o te vas a preparar cuentas con un número de plazas concreto y ahora, sin embargo, es que hay poquísimas… Otra de las cosas que se han hecho mal es que ampliaron el plazo de inscripción cuando ya se había cerrado. Entonces, aún se presentó más gente", remarcó.


En la misma línea se manifestó Gorka de las Heras, de 29 años, que calificó de "vergonzoso" todo lo ocurrido. No obstante, no comparte algunas de las críticas vertidas hacia el Gobierno que preside Yolanda Barcina, ya que a su juicio, "la reducción de plazas hay que verla como en una empresa cualquiera", donde "si no tienes dinero para contratar a 200, contratas a 10". Ahora bien, aunque "no se puede achacar tanta culpa" al Ejecutivo foral por esta cuestión, "sí se le puede responsabilizar por los sueldos tan altos que se han atribuido mientras aquí reducen el número de puestos".


CARAS LARGAS TRAS EL EXAMEN


Tras las pruebas, varios aspirantes confirmaron que sí les habían formulado preguntas sobre el temario de cocina, tal y como sospechaban. Y calificaron de "complicados" los cuestionarios. "A pesar de lo ocurrido con las plazas de cocina, había preguntas sobre alimentos. Ha habido muy poca formalidad y seriedad por parte del Gobierno de Navarra. Saben jugar muy bien con las ilusiones de la gente, cuando todos somos trabajadores y vamos de frente. Ellos, mientras tanto, hacen las cosas por la espalda y sin que tengamos ni idea de lo que hay detrás", señaló Ricardo Castillo, de 32 años.


Poco antes de abandonar la UPNA, Daniel Álvarez, de 27 años, también se sumó a la oleada de reproches hacia el Departamento de Administración Pública, que dirige Roberto Jiménez. "Todos estos meses han sido de locura. Me siento indignado, pero ahora poco puedo hacer. Ya sólo toca esperar a los resultados", indicó visiblemente resignado.

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